Una Argentina recuperada por los Kirchner es el país que recibirá Macri el próximo 10 de diciembre
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Una Argentina recuperada por los Kirchner es el país que recibirá Macri el próximo 10 de diciembre
Una Argentina recuperada por los Kirchner es el país que recibirá Macri el próximo 10 de diciembre
Foto ©VTV
VTV |.- La campaña de Julián Durán Barba funcionó. Este domingo, el candidato de derecha por el PRO, Mauricio Macri, ganó el balotaje en Argentina y se convirtió en el presidente electo de ese país, que recibirá el poder de manos de Cristina Fernández de Kirchner el próximo 10 de diciembre.
Habían pasado minutos después del cierre de mesas, a las 6:00 de la tarde, cuando apareció en pantalla el jefe de campaña, Marcos Peña, desde el búnker de Cambiemos, para anticipar con júbilo un resultado a favor del abanderado del "cambio" antes de que se conociera el primer escrutinio.
Mientras el comando del Frente para la Victoria (FpV), ubicado a escasos metros de la Casa Rosada, pedía prudencia y paciencia hasta el primer boletín, los canales de televisión enemigos del kirchnerismo transmitían en vivo y directo las celebraciones con mesoneros uniformados que transcurrían en el exclusivo complejo Costa Salguero, en la costanera capitalina.
Las expectativas de los medios en la mañana eran vagas, casi ambiguas. El desacierto de las quinielas electorales en la primera vuelta hizo más cautos a los medios, que reseñaron la volatilidad del voto frente a la masa de indecisos que el pasado 25 de octubre no respaldó ni a Macri ni a Scioli.
La profecía se cumplió
Los medios hegemónicos, aunque con reserva, hicieron un guiño al posible triunfo del macrismo. Y la profecía fue auspiciosa.
Macri, quien emprendió una controvertida campaña en solitario, se alzó como ganador y será el responsable de la conducción del país, en un rumbo que —a juzgar por su discurso— tuerce la senda impulsada durante doce años por los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández.
Su agenda escondida con más ahínco en las semanas previas al balotaje, tiene ejes claros: la devaluación del peso, la liberación de precios, el retorno de medidas neoliberales y la apuesta en contravía a los mecanismos de integración regional como Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), el Mercado Común del Sur y la Comunidad de Estados Americanos y Caribeños (Celac).
La visión abiertamente neoliberal de su proyecto lo obligó a mantener a raya a su equipo de asesores económicos para no perjudicar su campaña, negada de plano a hacer propuestas concretas. Sin embargo, el precedente era inocultable. El mandatario electo sostuvo en 1999 que los salarios son "un costo más" que debería reducirse para aumentar la "competitividad" de Argentina.
Macri también se mostró partidario de eliminar el control cambiario y "abrirlo el 11 de diciembre", según esgrimió durante la campaña, un discurso que atenuó en las últimas semanas de la carrera presidencial alegando que lo haría sin alentar una ola especulativa.
Los gremios universitarios y de investigación fueron sus más severos opositores, con quienes tendrá que lidiar en los próximos años. ¿La razón? Su política en contra de la creación de nuevas casas de estudio, tal como lo expuso al inicio de su campaña: "¿Qué es esto de universidades por todos lados? Basta de esta locura".
Durante su carrera política se manifestó en contra de la investigación espacial, la Ley de Fertilización Asistida Gratuita y la nacionalización de empresas como Aerolíneas Argentinas y la petrolera YPF, esta última bajo el argumento de que no eran rentables y debía permanecer en manos privadas. La postura es cónsona si se tiene en cuenta que estuvo de acuerdo con el fallo a favor de los fondos buitre, dictado en 2014 por un juez de Nueva York en contra de Argentina.
Su círculo de confianza, detalla el diario Página 12, está conformado por Nicolás Caputo, amigo de infancia y contratista a quien Macri adjudicaba obras con frecuencia mientras ejerció como Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires; Marcos Peña, su jefe de campaña e hijo del actual presidente del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación Standard Bank; Gabriela Michetti, ahora vicepresidenta y ex integrante del gabinete de Economía durante el menemismo (Carlos Menen); y Daniel Angelici, a quien apodan El Tano, presidente del Boca Juniors y dueño del Bingo San Bernardo.
Pero la joya de su mesa chica es Durán Barba, su asesor y gurú político. El ecuatoriano que se encargó de transformar a Macri en un "chicanero" contra Scioli, un hombre "sensible" con los pobres y un personaje potable, con poda de bigote de por medio, fue integrante del gabinete de Jamil Muhad en Ecuador cuando la economía del país se dolarizó.
Con la oposición venezolana
Con Venezuela, el presidente electo ha sido hostil. A juzgar por el debate presidencial que antecedió el balotaje, Macri utilizó a Caracas como dardo para intentar dañar al candidato del Frente para la Victoria y amenazó con suspender al país caribeño del Mercosur de resultar ganador de los comicios.
Pero la actitud violencia contra el país no le ha impedido congraciarse con la oposición venezolana. De hecho, tres de los voceros de la derecha criolla viajaron a Buenos Aires el pasado viernes para asistir a la "fiesta del cambio" de Macri.
Tomás Guanipa, diputado de la derecha que promete "dolarizar" el salario, encabezó la delegación que se alegró por la victoria de quien promete devolver la agenda del consenso de Washington a Argentina bajo la consigna del "cambio", una palabra que también utilizan los sectores conservadores en Venezuela para captar votos en su carrera por las elecciones parlamentarias que se efectuarán el próximo 6 de diciembre.
"Felicitaciones a @mauriciomacri, tu triunfo es el preambulo del cambio en nuestra #Venezuela", escribió Guanipa en su cuenta de Twitter.
En la red social, Guanipa también subió varias fotos, una de ellas abrazado con Patricia Bullrich, ministra de Seguridad Social durante el gobierno de Fernando de la Rúa, y responsable de haber aumentado el desempleo de 15 a 25% durante su gestión, entre otros voceros del macrismo.
Macri, quien entró en la política en 2003 después de haber sido presidente del equipo de fútbol Boca Juniors, llega a la silla presidencial con el reto de gobernar un país habituado al bienestar social que se consolidó durante el kirchnerismo, y que remontó la crisis para devolverle a Argentina su condición de país, o, en palabras de Cristina Fernández, un país normal.
Fuente: VTV
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Foto ©VTV
VTV |.- La campaña de Julián Durán Barba funcionó. Este domingo, el candidato de derecha por el PRO, Mauricio Macri, ganó el balotaje en Argentina y se convirtió en el presidente electo de ese país, que recibirá el poder de manos de Cristina Fernández de Kirchner el próximo 10 de diciembre.
Habían pasado minutos después del cierre de mesas, a las 6:00 de la tarde, cuando apareció en pantalla el jefe de campaña, Marcos Peña, desde el búnker de Cambiemos, para anticipar con júbilo un resultado a favor del abanderado del "cambio" antes de que se conociera el primer escrutinio.
Mientras el comando del Frente para la Victoria (FpV), ubicado a escasos metros de la Casa Rosada, pedía prudencia y paciencia hasta el primer boletín, los canales de televisión enemigos del kirchnerismo transmitían en vivo y directo las celebraciones con mesoneros uniformados que transcurrían en el exclusivo complejo Costa Salguero, en la costanera capitalina.
Las expectativas de los medios en la mañana eran vagas, casi ambiguas. El desacierto de las quinielas electorales en la primera vuelta hizo más cautos a los medios, que reseñaron la volatilidad del voto frente a la masa de indecisos que el pasado 25 de octubre no respaldó ni a Macri ni a Scioli.
La profecía se cumplió
Los medios hegemónicos, aunque con reserva, hicieron un guiño al posible triunfo del macrismo. Y la profecía fue auspiciosa.
Macri, quien emprendió una controvertida campaña en solitario, se alzó como ganador y será el responsable de la conducción del país, en un rumbo que —a juzgar por su discurso— tuerce la senda impulsada durante doce años por los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández.
Su agenda escondida con más ahínco en las semanas previas al balotaje, tiene ejes claros: la devaluación del peso, la liberación de precios, el retorno de medidas neoliberales y la apuesta en contravía a los mecanismos de integración regional como Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), el Mercado Común del Sur y la Comunidad de Estados Americanos y Caribeños (Celac).
La visión abiertamente neoliberal de su proyecto lo obligó a mantener a raya a su equipo de asesores económicos para no perjudicar su campaña, negada de plano a hacer propuestas concretas. Sin embargo, el precedente era inocultable. El mandatario electo sostuvo en 1999 que los salarios son "un costo más" que debería reducirse para aumentar la "competitividad" de Argentina.
Macri también se mostró partidario de eliminar el control cambiario y "abrirlo el 11 de diciembre", según esgrimió durante la campaña, un discurso que atenuó en las últimas semanas de la carrera presidencial alegando que lo haría sin alentar una ola especulativa.
Los gremios universitarios y de investigación fueron sus más severos opositores, con quienes tendrá que lidiar en los próximos años. ¿La razón? Su política en contra de la creación de nuevas casas de estudio, tal como lo expuso al inicio de su campaña: "¿Qué es esto de universidades por todos lados? Basta de esta locura".
Durante su carrera política se manifestó en contra de la investigación espacial, la Ley de Fertilización Asistida Gratuita y la nacionalización de empresas como Aerolíneas Argentinas y la petrolera YPF, esta última bajo el argumento de que no eran rentables y debía permanecer en manos privadas. La postura es cónsona si se tiene en cuenta que estuvo de acuerdo con el fallo a favor de los fondos buitre, dictado en 2014 por un juez de Nueva York en contra de Argentina.
Su círculo de confianza, detalla el diario Página 12, está conformado por Nicolás Caputo, amigo de infancia y contratista a quien Macri adjudicaba obras con frecuencia mientras ejerció como Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires; Marcos Peña, su jefe de campaña e hijo del actual presidente del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación Standard Bank; Gabriela Michetti, ahora vicepresidenta y ex integrante del gabinete de Economía durante el menemismo (Carlos Menen); y Daniel Angelici, a quien apodan El Tano, presidente del Boca Juniors y dueño del Bingo San Bernardo.
Pero la joya de su mesa chica es Durán Barba, su asesor y gurú político. El ecuatoriano que se encargó de transformar a Macri en un "chicanero" contra Scioli, un hombre "sensible" con los pobres y un personaje potable, con poda de bigote de por medio, fue integrante del gabinete de Jamil Muhad en Ecuador cuando la economía del país se dolarizó.
Con la oposición venezolana
Con Venezuela, el presidente electo ha sido hostil. A juzgar por el debate presidencial que antecedió el balotaje, Macri utilizó a Caracas como dardo para intentar dañar al candidato del Frente para la Victoria y amenazó con suspender al país caribeño del Mercosur de resultar ganador de los comicios.
Pero la actitud violencia contra el país no le ha impedido congraciarse con la oposición venezolana. De hecho, tres de los voceros de la derecha criolla viajaron a Buenos Aires el pasado viernes para asistir a la "fiesta del cambio" de Macri.
Tomás Guanipa, diputado de la derecha que promete "dolarizar" el salario, encabezó la delegación que se alegró por la victoria de quien promete devolver la agenda del consenso de Washington a Argentina bajo la consigna del "cambio", una palabra que también utilizan los sectores conservadores en Venezuela para captar votos en su carrera por las elecciones parlamentarias que se efectuarán el próximo 6 de diciembre.
"Felicitaciones a @mauriciomacri, tu triunfo es el preambulo del cambio en nuestra #Venezuela", escribió Guanipa en su cuenta de Twitter.
En la red social, Guanipa también subió varias fotos, una de ellas abrazado con Patricia Bullrich, ministra de Seguridad Social durante el gobierno de Fernando de la Rúa, y responsable de haber aumentado el desempleo de 15 a 25% durante su gestión, entre otros voceros del macrismo.
Macri, quien entró en la política en 2003 después de haber sido presidente del equipo de fútbol Boca Juniors, llega a la silla presidencial con el reto de gobernar un país habituado al bienestar social que se consolidó durante el kirchnerismo, y que remontó la crisis para devolverle a Argentina su condición de país, o, en palabras de Cristina Fernández, un país normal.
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Fuente: VTV
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