Mauricio Macri censura voces disidentes y arremete contra medios pequeños argentinos
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Mauricio Macri censura voces disidentes y arremete contra medios pequeños argentinos
Mauricio Macri censura voces disidentes y arremete contra medios pequeños argentinos
AVN |.- El empresario Mauricio Macri, quien asumió en diciembre pasado la Presidencia de la República de Argentina y que durante los tres primeros meses de su gobierno ha golpeado los programas sociales creados por la política progresista de sus antecesores (Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner), ha demostrado una vez más la verdadera cara de la derecha neoliberal que pretende instaurarse nuevamente en Latinoamérica, sacando de su paso aquellas voces que tienen una forma de pensar y de sentir cercana a los gobiernos progresistas.
A tan solo días de asumir la Presidencia Macri ordenó a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia la disolución de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) –posteriormente restituida– y de la Autoridad Federal de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (AFTIC), cuyas funciones son garantizar el acceso a las telecomunicaciones de todos los argentinos.
No conforme con ello, dirige un plan sistemático para silenciar a periodistas de medios de comunicación más pequeños, protegiendo siempre las alianzas e intereses de corporaciones mediáticas, las mismas que pertenecen a las familias más ricas de la región y que tienen objetivo central socavar todo aquello que represente al progresismo.
Frente a este panorama, las grandes trasnacionales de la comunicación se hacen la vista gorda o justifican con mentiras los atropellos de libertad de expresión que vive el pueblo argentino.
Contra el libre ejercicio periodístico
Uno de los casos con mayor cobertura de medios progresistas en el bloque regional fue el del periodista uruguayo Víctor Hugo Morales, quien radicado en Argentina trabajó durante casi 30 años en la emisora Radio Continental y por cinco años trabajó en el programa La Mañana, de corte informativo, que dejó de salir al aire el pasado 11 de enero.
En su cuenta en Twitter Morales expresó: "Esto es lo que necesita la derecha política; silenciar voces. Desde hoy no tengo más programa (...) La democracia está en jaque, por eso al ganar la derecha decidí quedarme aun sin convenirme, quieren disciplinar al periodismo persiguiendo a alguien que les molesta demasiado".
Después en una entrevista concedida a Telesur, Morales agregó que Macri han puesto en marcha la justicia “clarinista”, en referencia a sus aliados empresariales: el Grupo Clarín, un monopolio mediático en Argentina. “Mauricio Macri es nada mas que una máscara”, dijo.
Clarín ha sido el principal promotor de la intervención de la AFSCA y de la derogación de la Ley de Medios. Con Macri en el Gobierno, el grupo busca revertir el marco legal alcanzado que otorga poder de supervisión y legislación al Estado argentino sobre la actividad mediática nacional.
"La libertad de expresión en este país (Argentina) es para las empresas (medios de comunicación) y no para los periodistas. Los comunicadores sociales están en manos de las empresas, sin importar el pensamiento de cada uno”, sentenció Morales.
El caso de este periodista no es el único. La comunicadora Sandra Russo, columnista de Página 12, y quien hasta el 20 de febrero pasado conducía el programa Dejámelo Pensar, en Radio del Plata, explicó a sus oyentes durante la última emisión del espacio los motivos por los que cesó este trabajo.
"Nos piden que paguemos el espacio y se desentienden de los salarios", expuso Russo, revelando así otra de las tácticas que construyen el cerco comunicacional del gobierno de Macri, que presiona a los dueños de empresas con pautas publicitarias, para retrasar los pagos a periodistas y terminar echándolos de los medios, alegando falta de recursos y cambiando los contenidos.
La periodista relató, además, que ni ella ni su equipo cobraban desde octubre 2015, y que los mantenían así para justificar el eventual desenlace.
Pequeños medios desprotegidos
Pero no solo perdieron sus trabajos estos dos periodistas, también cientos de trabajadores de medios pequeños y medianos, por ejemplo el Diario Plaza de Mayo, proyecto emprendido en 2009 por un grupo de jóvenes, precisamente al calor del debate de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que comenzó en 2012 con el objetivo de hacerle frente a los grandes medios argentinos de derecha.
Este medio, cuya pauta oficial estaba en manos del Gobierno de Entre Ríos, provincia del país suramericano, dejó de llegar a millones de hogares no solo argentinos sino del mundo cuando su página web fue suspendida la semana pasada debido a la falta de pago desde hace tres meses de parte del gobierno.
En un comunicado a sus lectores los trabajadores del medio expresaron su "eterno compromiso con el sentir nacional y popular. Sabemos que el acceso a la información es un derecho, y por eso, tomamos nuestro trabajo como un servicio a la comunidad y no como un producto".
El texto agrega que el actual gobierno de argentina, de corte neoliberal, viene a instaurar "una vez más la censura informativa, ocultando verdad y silenciando voces".
Lamentablemente, este no es el único medio que se ve afectado, y tampoco los únicos trabajadores que se quedan sin sustento para sus familias, ya que desde diciembre pasado más de 20.000 trabajadores públicos han sido despedidos.
Todo esto se debe a que el presidente argentino, alineado con la “nueva derecha” latinoamericana, anunció una “modernización del Estado” que implicará más ajustes, cierre de organismos estatales y privatizaciones.
Fuente: AVN
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Foto ©AVN
AVN |.- El empresario Mauricio Macri, quien asumió en diciembre pasado la Presidencia de la República de Argentina y que durante los tres primeros meses de su gobierno ha golpeado los programas sociales creados por la política progresista de sus antecesores (Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner), ha demostrado una vez más la verdadera cara de la derecha neoliberal que pretende instaurarse nuevamente en Latinoamérica, sacando de su paso aquellas voces que tienen una forma de pensar y de sentir cercana a los gobiernos progresistas.
A tan solo días de asumir la Presidencia Macri ordenó a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia la disolución de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) –posteriormente restituida– y de la Autoridad Federal de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (AFTIC), cuyas funciones son garantizar el acceso a las telecomunicaciones de todos los argentinos.
No conforme con ello, dirige un plan sistemático para silenciar a periodistas de medios de comunicación más pequeños, protegiendo siempre las alianzas e intereses de corporaciones mediáticas, las mismas que pertenecen a las familias más ricas de la región y que tienen objetivo central socavar todo aquello que represente al progresismo.
Frente a este panorama, las grandes trasnacionales de la comunicación se hacen la vista gorda o justifican con mentiras los atropellos de libertad de expresión que vive el pueblo argentino.
Contra el libre ejercicio periodístico
Uno de los casos con mayor cobertura de medios progresistas en el bloque regional fue el del periodista uruguayo Víctor Hugo Morales, quien radicado en Argentina trabajó durante casi 30 años en la emisora Radio Continental y por cinco años trabajó en el programa La Mañana, de corte informativo, que dejó de salir al aire el pasado 11 de enero.
En su cuenta en Twitter Morales expresó: "Esto es lo que necesita la derecha política; silenciar voces. Desde hoy no tengo más programa (...) La democracia está en jaque, por eso al ganar la derecha decidí quedarme aun sin convenirme, quieren disciplinar al periodismo persiguiendo a alguien que les molesta demasiado".
Después en una entrevista concedida a Telesur, Morales agregó que Macri han puesto en marcha la justicia “clarinista”, en referencia a sus aliados empresariales: el Grupo Clarín, un monopolio mediático en Argentina. “Mauricio Macri es nada mas que una máscara”, dijo.
Clarín ha sido el principal promotor de la intervención de la AFSCA y de la derogación de la Ley de Medios. Con Macri en el Gobierno, el grupo busca revertir el marco legal alcanzado que otorga poder de supervisión y legislación al Estado argentino sobre la actividad mediática nacional.
"La libertad de expresión en este país (Argentina) es para las empresas (medios de comunicación) y no para los periodistas. Los comunicadores sociales están en manos de las empresas, sin importar el pensamiento de cada uno”, sentenció Morales.
El caso de este periodista no es el único. La comunicadora Sandra Russo, columnista de Página 12, y quien hasta el 20 de febrero pasado conducía el programa Dejámelo Pensar, en Radio del Plata, explicó a sus oyentes durante la última emisión del espacio los motivos por los que cesó este trabajo.
"Nos piden que paguemos el espacio y se desentienden de los salarios", expuso Russo, revelando así otra de las tácticas que construyen el cerco comunicacional del gobierno de Macri, que presiona a los dueños de empresas con pautas publicitarias, para retrasar los pagos a periodistas y terminar echándolos de los medios, alegando falta de recursos y cambiando los contenidos.
La periodista relató, además, que ni ella ni su equipo cobraban desde octubre 2015, y que los mantenían así para justificar el eventual desenlace.
Pequeños medios desprotegidos
Pero no solo perdieron sus trabajos estos dos periodistas, también cientos de trabajadores de medios pequeños y medianos, por ejemplo el Diario Plaza de Mayo, proyecto emprendido en 2009 por un grupo de jóvenes, precisamente al calor del debate de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que comenzó en 2012 con el objetivo de hacerle frente a los grandes medios argentinos de derecha.
Este medio, cuya pauta oficial estaba en manos del Gobierno de Entre Ríos, provincia del país suramericano, dejó de llegar a millones de hogares no solo argentinos sino del mundo cuando su página web fue suspendida la semana pasada debido a la falta de pago desde hace tres meses de parte del gobierno.
En un comunicado a sus lectores los trabajadores del medio expresaron su "eterno compromiso con el sentir nacional y popular. Sabemos que el acceso a la información es un derecho, y por eso, tomamos nuestro trabajo como un servicio a la comunidad y no como un producto".
El texto agrega que el actual gobierno de argentina, de corte neoliberal, viene a instaurar "una vez más la censura informativa, ocultando verdad y silenciando voces".
Lamentablemente, este no es el único medio que se ve afectado, y tampoco los únicos trabajadores que se quedan sin sustento para sus familias, ya que desde diciembre pasado más de 20.000 trabajadores públicos han sido despedidos.
Todo esto se debe a que el presidente argentino, alineado con la “nueva derecha” latinoamericana, anunció una “modernización del Estado” que implicará más ajustes, cierre de organismos estatales y privatizaciones.
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