Con medio dólar compre una mesa

Con medio dólar compre una mesa



*Earle Herrera

Didalco Bolívar no aclara si Podemos es una múcura, ni mucho menos si está en el suelo. Lo que sí es cierto es que no puede con ella, con la múcura

Todos recuerdan al tipo sortario (o “suertudo”) que con real y medio compró una cabra y la cabra tuvo un cabrito y siempre tenía su real y medio. Son anécdotas de otros tiempos y otros ámbitos porque ya no existen el medio ni el real, aunque sí las cabras y sus masculinos, al igual que los sujetos cabreados entre sí, por ejemplo: Ismael García y Didalco Bolívar, quién lo iba a creer.

El ex gobernador de Aragua es el secretario general adjunto de Podemos, hasta nuevo aviso. Según relata él mismo, apenas tuvo que salir del país, la organización fue convertida en una franquicia y ofertada en dólares a cambio de la gobernación de cuatro estados, incluído en el insólito trueque nuestro querido Anzoátegui. ¿Quién da más?

Así andan las cosas por la mesa llamada “de la unidad democrática”, es decir, tanto pesas, tanto vales. Hay políticos afortunados porque sus fortunas crecen súbitamente. De los días agónicos de la Cuarta República nos llega el eco de aquella frase mediante la cual un general le dio una vacuna explicación veterinaria a su muy repentina riqueza: “las vacas paren”. Estos es así de inapelable desde el primer mugido que anunció al primer becerro.

Didalco Bolívar no aclara si Podemos es una múcura, ni mucho menos si está en el suelo. Lo que sí es cierto es que no puede con ella, con la múcura. En la MUD no salen de una cuando ya les cae otra. Demasiada gente en la casa y la abuela no deja de parir ni hay quien la ligue. Apenas se terminaba de anunciar un Frente Constitucional, con evidente tufillo antiadeco y anti UNT, cuando Frijolito anunció otro frente, llamado Uppa o Unión Popular para Avanzar. ¿No se sabe hacia dónde?

Cada noche, a la mesa le nace una nueva pata. Ya no es bípeda ni cuadrúpeda, sino algo parecido a un ciempiés. Muchas de esas patas no van para el baile presidencial, pero creen que de todas maneras, sin ellas, no hay fiesta. Hay partidos políticos y partidos franquicias. Unos tienen ambición de poder y otros ambicionan cualquier cosa. A Didalco, desde la Mesa, le han dicho de todo, a pesar de que él, todavía, no lo ha dicho todo. Bolívar, cuando estaba adentro (de la Mud) era un santo. Una vez afuera, Petkoff le descubre los cuernos del demonio y la lengua de Satanàs.

Frijolito, un veterano de maniobras en la última curva, goza un puyero con estos aquelarres. Espera con fruición el lanzamiento presidencial de Pablo Medina. El caldo se pone vinotinto (o morado) con el affaire Ismael-Didalco. ¿En cuánto cotizarán al estado Anzoátegui en la mesa de las apuestas, o mejor, de la unidad monetaria? ¿Quién es el candidato de Ismael para las riberas del Neverí? ¿Seguirá todo igual después que don Rafael (o Bolívar) hable?

Además de las postulaciones lanzadas en la MUD, hay aspirantes extra mesa: la señora Machado o el señor Sosa, vaya por caso. Incluso, hay candidaturas extra nacionales. Los recursos, en su mayoría, vendrán del generoso norte. Pero el norte no sólo pone, sino que, sobre todo, impone. El inversionista gringo espera cantar como el comprador de la cabra mocha: con medio dólar compré una mesa y la mesa tuvo varias mesistas; tengo la mesa, tengo las mesitas y siempre tengo mi medio dólar.

Siempre tendrá su dólar y medio porque toda compra (de candidaturas, conciencias o lo que sea) en el país con las reservas petroleras más grandes del mundo, siempre será ganancia. ¡Habla de una vez, Didalco! apremian desde la múcura de angustias de Podemos.

Earle Herrera

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Fuente:
http://eltiempo.com.ve/opinion/columnistas/con-medio-dolar-compre-una-mesa/31024