Un favor absurdo, causa de la tragedia del crucero en Italia

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Mensaje por redpres.com 2012-01-17, 1:38 am

Drama en el Mediterraneo / El hundimiento del Costa Concordia
Un favor absurdo, causa de la tragedia del crucero en Italia

17 Enero 2012 | Un favor absurdo, causa de la tragedia del crucero en Italia 276943_71339054219_193352777_q

Un favor absurdo, causa de la tragedia del crucero en Italia Costaconco
Crucero Costa Concordia / Foto vivelohoy.com

El capitán quería homenajear al maître, que nació en Giglio; todavía hay 29 desaparecidos

ROMA.- Todo por un jueguito, por un favor absurdo. La tragedia del crucero de lujo Costa Concordia se habría desencadenado porque el comandante de la nave, Francesco Schettino -detenido por homicidio culposo, abandono de la nave y naufragio-, habría querido homenajear al maître de la nave, Antonello Tievoli, oriundo de la isla del Giglio, escenario del desastre.

A pesar de que tenía a bordo a más de 4000 personas, se acercó irresponsablemente a esa pequeña isla del Mediterráneo, frente a las costas de la Toscana, para hacer el inchino (la reverencia), como en la jerga marinera se llama al viejo ritual por el cual la nave se aproxima a la costa y hace sonar sus sirenas para saludar.

Para hacer este favor, el comandante se acercó peligrosamente a la costa, se desvió de la ruta del crucero -que había salido de Civitavecchia el viernes y navegaba hacia el puerto de Savona- y chocó con unas rocas que cortaron, como si se tratara de un abrelatas, el casco del Costa Concordia. Un coloso del mar de 293 metros de largo y 114.500 toneladas de peso. Desde esa grieta comenzó a entrar agua, algo que provocó un apagón e inclinó abruptamente a esa virtual ciudad flotante, donde todo el mundo estaba cenando alegremente, hasta que cundió el pánico.

El resto es historia conocida: la tripulación no estaba preparada para enfrentar la emergencia y el capitán minimizó la falla por demasiado tiempo, hasta que, una hora más tarde, comenzó una evacuación de lo más caótica, en medio de gritos, empujones y trompadas para subirse a los botes, que no daban abasto.

Ayer trascendió que, según las primeras investigaciones, incluso habría habido una suerte de amotinamiento en el crucero: la tripulación habría comenzado las operaciones de evacuación un cuarto de hora antes de que el comandante ordenara el abandono del buque.

El fuerte oleaje que hubo ayer obligó a suspender temporariamente las tareas de rescate en el "Titanic italiano", lo que alimentó aún más los temores a un desastre ambiental si se derraman al mar las 2380 toneladas de gasoil en sus cisternas.

En otra señal de la gran incertidumbre que rodea la tragedia, además de los seis muertos confirmados hasta ahora, la cifra de desaparecidos se elevó de 16 a 29. Al parecer se trata de 25 pasajeros y de cuatro miembros de la tripulación, según indicó el comandante de la guardia costera, Marco Brusco, que en declaraciones televisivas no precisó por qué aumentó la cifra.

Se cree que entre ellos habría unos diez alemanes, un par de norteamericanos, franceses e italianos, aunque todo es muy incierto.

"Dentro de poco pasará muy cerquita el Concordia", posteó, a las 21.08 del fatídico viernes 13, Patrizia Tievoli, hermana del maître de "la nave del horror". Así, casi una hora antes del accidente, la mujer anunciaba en Facebook que el crucero pasaría muy cerquita, casi rozando, la isla del Giglio. "Un saludón para mi hermano, que desembarcará en Savona", agregaba, en un post que explica a la perfección la trágica maniobra del comandante Schettino.

Ayer, desde la cárcel de Grosseto, Schettino hizo saber que estaba "deshecho". Si bien al principio se defendió alegando que las rocas en las que encalló el Costa Concordia no estaban señaladas, trascendió que estaban perfectamente marcadas en las cartas náuticas oficiales.

La noche del viernes, al aproximarse a la isla del Giglio, Schettino, un napolitano de 52 años, hizo llamar al homenajeado maître . "Antonello, vení a ver, estamos arriba de tu Giglio", le dijeron al jefe de los camareros, según una reconstrucción del Corriere della Sera. Cuando Tievoli se asomó, enseguida se dio cuenta de que esa "reverencia" estaba saliendo mal. "¡Cuidado, estamos demasiado cerca de la orilla!", le dijo al comandante. Pero era demasiado tarde. Tievoli se encuentra en estado de shock, según hizo saber su esposa.

En una conferencia de prensa en Génova, por otra parte, el CEO de Costa Cruceros, Pier Luigi Foschi, al margen de hablar de una primera estimación de daños por 93 millones de euros, se distanció del comandante e intentó echarle toda la culpa del naufragio. "La iniciativa del comandante es contraria a nuestras reglas", dijo Foschi, aludiendo al riesgosísimo saludo marinero. Agregó que su "maniobra no fue aprobada ni autorizada por la empresa".

"No podemos negar, lamentablemente, un error humano", dijo, y añadió: "Los procedimientos adoptados después del choque contra el escollo no respetaron totalmente las rígidas disposiciones documentadas y escritas por la empresa".

Codacons, una asociación que defiende a los consumidores, ya está en pie de guerra y anunció acciones legales y penales colectivas en contra de Costa, a quien llama a indemnizar con 10.000 euros a cada pasajero.

Según fuentes de prensa italianas, de todos modos, Costa Cruceros deberá resarcir a cada turista con una suma que oscila entre los 10.000 y los 20.000 euros y deberá pagar por cada víctima hasta 430.000 euros.


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Fuente: La Nación Argentina

redpres.com


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