EEUU se prepara para el asalto al poder en Venezuela

EEUU se prepara para el asalto al poder en Venezuela



*Por DAVID URRA / CONTRAINJERENCIA

Muchas han sido las cuartillas escritas sobre la Guerra Psicológica-Informativa que desarrolla EE.UU contra Venezuela, quizás se escriban muchas mas, pero parece, que ante la imposibilidad de lograr quebrar la psiquis de los venezolanos mediante el empleo de su amplio arsenal de medios, métodos y procedimientos y la utilización de importantes recursos financieros, diplomáticos y cibernéticos, pueden pensar que la hora ha llegado y deben pasar a la fase final del derrocamiento del Gobierno popular en el país mediante el uso de la fuerza.

Muchos repetirán en sus análisis que EE.UU utiliza el libreto Libio, o la variante Siria, o el guión Hondureño o la opción Panameña. En realidad no pienso que se repitan ningunas de las condiciones que condujeron a los golpes de estado, cambios de gobiernos o guerras de rapiña, como se les quiera llamar, en esos países.

Es cierto que hay una metodología, pero EE.UU, principal promotor de estas acciones, ha aprendido que cada uno tiene sus especificidades y para ello tiene un “ejercito” de especialistas que trabajan desde Fort Bragg y otras instituciones especializadas y que “personalizan” el Plan de “cambios convenientes” a los intereses norteamericanos en cada país.

El Guion general cuenta con varias fases entre las cuales se encuentran:

1.- Análisis y estratificación de la sociedad, definiendo que sectores responden a sus intereses, cuales no y cuales tienen una posición neutral u oscilante.

2.- Elaboración del Plan de desarrollo donde se definen métodos, medios, procedimientos y recursos a emplear, haciéndose hincapié en la medición de los resultados para poder corregir las acciones de guerra psicológica por el camino. Aquí juega un papel importante la consideración de las especificidades del país y su gente a quienes van dirigidas las acciones de guerra psicológica.

3.- Definición de las funciones que deberán asumir los distintos involucrados, incluyendo los nacionales e internacionales.

4.- Desarrollo del Plan según lo previsto, pero corrigiendo constantemente las acciones según los resultados obtenidos.

5.- Cuando se concluya que las condiciones están “maduras”, se procederá a la fase final que casi siempre implica actos violentos con el uso de la fuerza, pero este uso dependerá de las condiciones del país y del nivel de penetración que la guerra psicológico-informativa tuvo en las capas de la sociedad y la necesidad de dar el aldabonazo final con el mínimo uso de la violencia no por bondad, sino por los efectos negativos que la violencia trae para el agresor.

6.- Legitimización del “Cambio” mediante una campaña de “acreditación” que incluyen a: los medios masivos de difusión; elecciones “democráticas; flujo de inversiones privadas fundamentalmente en las áreas de recursos naturales estratégicos del país; apertura a los créditos de las principales instituciones crediticias occidentales y algo muy importante, el establecimiento de “reglas democráticas” que garanticen la “estabilidad” del régimen afín a los intereses de los EE.UU y sus transnacionales. Todo esto respaldado por una nueva fuerza de represión y contención que invariablemente incluye bases norteamericanas, “para por si acaso”.

Este proceso tiene además características propias en diferentes regiones del mundo. En América Latina se diferencia con relación a otras regiones – Medio Oriente, Asia o África – partiendo de las singularidades y características especificas desde el punto de vista cultural, político, económico y tradicional.

Por ejemplo: seria muy difícil encontrar en América Latina contradicciones religiosas que pudieran utilizarse para lanzar a grupos de una denominación contra otra y desestabilizar un pais. Igualmente no seria fácil hallar a suicidas dispuestos a ser manipulados y empleados en ataques para generar caos y terror. Hay igualmente más propensión en América Latina por el sistema de vida occidental, por lo que es más fácil manipularlo como supuesta fuente de “bienestar” para la población. Por otro lado están mas arraigados determinados patrones culturales en el continente americano que responden a la cultura norteamericana en áreas como el cine, la música y otras formas de expresión cultural, donde EE.UU invierte sumas estratosféricas para transmitir y manipular su mensaje ideológico. Es también significativo que el nivel de conciencia social es diferente en AL con relación a otras regiones del mundo.

Seria muy extenso enumerar todas las diferencias que puedan existir entre regiones y países con culturas, niveles de desarrollo, economías e idiosincracia distintas. Esto los especialistas norteamericanos en Guerra Psicológica lo conocen y lo emplean con un alto nivel de eficiencia.

Por eso América Latina no funciona de la misma forma que el Medio Oriente o Asia o África.

Por demás Venezuela como país tiene a su vez sus especificidades y es importante tenerlas en cuenta. Tratemos de analizarlas.

Por un lado los medios masivos de difusión actúan en Venezuela bajo las reglas del neoliberalismo mas descarnado, sin ética ni límites, a pesar de la ley de medios aprobada, pero que no funciona desde el punto de vista práctico. Los medios son empleados como punta de lanza para la Guerra Psicológica no se hace necesaria la utilización de transmisiones foráneas, aunque existen.

Los venezolanos necesitan valorar como hacer realidad la practica de otro periodismo en el país, un periodismo comprometido con el pueblo que deje de manipular de forma grosera lo que ocurre dentro y fuera del país, que no haga funciones de partido político, sino que cumpla con la necesidad del pueblo de ser informado y no deformado.

Sabemos que la prensa privada nunca representará al pueblo ni será equilibrada, porque siempre responderá al capital que la domina. Es necesario acabar con el mito de pensar que la prensa es libre, porque es privada. La historia ha demostrado con creces que esto es falso.

Venezuela debe cambiar su sistema de información al pueblo y este debe responder a los principios éticos, morales y legales que los venezolanos decidan. Los organismos institucionales tienen el mandato del pueblo y lo deben de hacer cumplir. Es hora ya de que en Venezuela se termine de confundir la tolerancia con la inacción.

No estamos hablando de censura, estamos hablando de cordura. Se debe de acabar con la manipulación y los mitos imperiales. Los MMD son un factor estratégico para el desarrollo de cualquier sociedad y deben de servir a los intereses de las mayorías, o sea, el pueblo.

Se necesita además que los venezolanos sean mas incisivos con los MMD de occidente, a sabiendas de que representan los intereses del imperio, denunciarlos, ser contestatarios sin caer en el juego y lo principal no temer a la confrontación.

Con frecuencia la oposición, estructurada en el proyecto norteamericano, utiliza el poder judicial con el objetivo de socavar el proceso venezolano, habida cuenta de que este tiene innumerables puntos débiles y esta es una característica que no es solo privativa de Venezuela, sino y de todo el sub continente Latinoamericano.

Este sistema por ejemplo, no está en correspondencia con las realidades actuales. Básicamente, salvo el cambio de algunas denominaciones, el poder judicial es el mismo que impusieran las oligarquías en la nación sudamericana. ¿De que independencia se habla cuando decimos que la justicia debe ser independiente?

La justicia en todos los países responde a la clase que esta en el poder, quien pone las reglas y la utiliza en función de sus intereses.

El mito de la independencia de los poderes judiciales para garantizar su imparcialidad, es tan viejo como la justicia misma y tan fácil de rebatir como saborear un helado.

Sin ir muy lejos observemos como funciona el llamado sistema judicial “independiente” norteamericano, plagado de veredictos injustos y manipulados, donde los que puede pagar un buen Bufete de abogados suelen deshacerse de las acusaciones y los que no tienen con que, son condenados sin reparos. Donde ser negro, latino o perteneciente a cualquier minoría, es símbolo de delincuente a priori. En EE.UU ser pobre es sinónimo de ser delincuente, aunque los grandes atracos los cometen los ricos.

Tanto la tan cacareada “libertad de prensa”, como la “independencia judicial” son percepciones distorsionadas de la realidad, deliberadamente implantadas en la conciencia de las personas con el fin de crear las reacciones sociales necesarias. Lo más notable en ellas es que, la mayoría de la sociedad no las ve como ficción, sino como un estado natural de las cosas.

Por ello los gobernantes venezolanos deben de trabajar en desmitificar estas dos figuras e implementar un sistema judicial y de medios acorde con los intereses del pueblo venezolano.

Si observamos detenidamente las acciones de la oposición en Venezuela, siempre ha estado presente el tratar de utilizar la vía legal para deslegitimizar el proceso bolivariano, ya sea con las instancias nacionales o las internacionales que están al servicio de occidente.

La OEA, la comisión de Derechos Humanos de la ONU, y otras instancias de este corte, serán utilizadas con el fin de buscar una justificación que permita liberar el asalto final.

Los venezolanos deberán estar muy atentos a estas acciones y no ignorar su importancia.

Igualmente utilizarán en contra del proceso venezolano el difícil problema de la inseguridad heredada de la Cuarta Republica. De todos es sabido que la conciencia por lo general se retrasa a los acontecimientos objetivos, esto quiere decir que crear conciencia sobre algo lleva más tiempo que construirlo. Los venezolanos han construido un país con un sistema social más justo, pero cambiar la conciencia de la gente es más lento.

Decía el Presidente Chávez en una entrevista reciente, lo difícil que era tratar de cambiar concepciones instaladas en la conciencia de cierto sector de la sociedad que insiste en vivir en la violencia, esto a pesar de las opciones de educación y trabajo honesto que se ha generado en el país. Pero también es cierto que hay cuestiones estructurales que inciden en la inseguridad ciudadana que no dependen de la conciencia.

En Venezuela los órganos policiales están fraccionados y en muchas ocasiones responden a intereses locales, que a su vez pueden responder a intereses partidistas o personales. No es posible que un órgano castrense tenga más de un mando, estrategias distintas, intereses y códigos distintos y responda a patrones distintos. Aunque el gobierno bolivariano ha dado algunos pasos en esa dirección, es necesario empezar por resolver este problema de forma completa. No basta con que formen policías con una buena preparación instructiva y humanística, si cuando llegan a un mando con características distintas son “modificados” o separados.

La reacción utilizará esta opción como detonante para desestabilizar a Venezuela, para lo cual pactará hasta con el diablo si es necesario, para lograr sus objetivos. Para las oligarquías todo vale si es para recuperar el poder perdido.

Cualquier chispa que genere actos de violencia será amplificada e hiperbolizada por la prensa al servicio de EE.UU, tanto nacional como internacional y servirá de justificación para emplear todo el arsenal de medidas económicas, financieras, diplomáticas e informacionales que el imperio posee.

Paralelamente, en silencio, se activara todo el dispositivo que ya tiene instalado el Comando Sur en la región y que ha sido previsto con antelación como parte del Plan.

No solo nos estamos refiriendo a las bases en Colombia, Aruba y Curazao que se encuentran cerca de las fronteras venezolanas, sino y a todo el dispositivo que permita “paralizar” una reacción en América Latina a una acción militar contra Venezuela.

Se tratará por ejemplo de neutralizar en primer lugar a Cuba, que previendo los acontecimientos ya declaró el 10 de enero que “una agresión contra Venezuela seria interpretada como una agresión a su propio país”.

Para ello se activará el dispositivo presente en la Florida, con el apoyo de otras instalaciones como el radar de alerta temprana en Jamaica, el sistema de comunicaciones, detección y generador de interferencias en la Base Naval de Guantánamo, así como las bases en Soto Cano en Honduras y las que se encuentra en la Canal de Panamá. El objetivo será evitar que fuerzas cubanas puedan apoyar a los venezolanos en caso de agresión.

Igualmente se apoyarán en las fuerzas francesas que se encuentran en Guadalupe y Martinica para el caso de ser necesario, emplear la aviación allí basificada.

Indistintamente se tratará de cerrar el paso a Nicaragua, mediante la activación del sistema de bases en Costa Rica que además de la base en Liberia, activarán fuerzas y medios que serán reforzados en Puerto Limón.

En este caso también cumplirían funciones las bases en Panamá, y otros países centroamericanos.

El Ecuador seria el otro país a bloquear con el objetivo de que no pueda apoyar al gobierno y pueblo venezolanos en caso de ser necesaria una intervención armada. Para ello se emplearían las bases en Colombia y Perú. Este último país se ha convertido en una plataforma para el Comando Sur en la región, hecho reflejado por las constantes visitas y declaraciones de los altos mandos norteamericanos de sus “excelentes” relaciones de cooperación con el gobierno peruano.

Otros países importantes en la estrategia de contención norteamericana serán Bolivia, Brasil y Argentina, para lo cual el Comando Sur confiara en sus posibilidades de las bases en Paraguay (Base en Mariscal Estigarribia, en el Chaco paraguayo, con instalaciones para albergar a varios miles de soldados y una pista de 3.800 metros de longitud y la otra base en Pedro Juan Caballero (Base de la DEA estadounidense) en la frontera con Brasil). También en Argentina donde poseen una base recién construida en el Chaco, en la ciudad de resistencia que a pesar de su nombre eufemístico de “Centro Anti Catástrofes y Ayuda Humanitaria” se conoce fue financiado por el Comando Sur y posee todas las características de una base de nuevo tipo que se activa solo cuando es necesaria. No se descarta el uso de las facilidades militares inglesas en Islas Malvinas.

Como podemos observar los EE.UU no han estado perdiendo el tiempo en su afán de “homogenizar” el continente para lo cual cuentan con el dispositivo necesario para emplearlo cuando lo necesiten.

Claro que no nos encontraremos con una intervención clásica como hemos vistos en otras historias al estilo Afganistán o Iraq. Se tratará de emplear fundamentalmente las Fuerzas de Operaciones Especiales ya sean norteamericanas o de países aliados, las que han estado siendo entrenadas durante este tiempo con la ayuda del USSOCSOUTH o Comando de Fuerzas Especiales del Sur. En Chile, Colombia, Perú, Panamá y otros países de la región se han organizado cursos y centros de entrenamiento para ello.

Pero, Venezuela también se ha movido en defensa de su soberanía y el Gobierno Bolivariano de Hugo Chávez, ha tomado múltiples medidas de contra injerencia para defenderse del ataque imperial.

El reforzamiento de la unidad ideológica entre el pueblo y sus fuerzas armadas, ha sido un paso que ha permitido rechazar la arremetida norteamericana.

Igualmente en el plano social las misiones del Gobierno bolivariano han servido como elemento catalizador de la cohesión del pueblo con sus lideres.

El papel que esta jugando Venezuela en la esfera internacional ha generado una corriente positiva que mucho ayuda al proceso en su batalla comunicacional.

Ha habido avances en la creación de medios alternativos que permitan informar al pueblo de los proyectos y logros del proceso bolivariano, aunque en este aspecto falta mucho por hacer.

Los cambios en la estructura del país, heredados de la República Burguesa, han sido fundamentales para fortalecer el proceso venezolano contra las presiones desde el exterior y el interior, sin ellos no hubiera la Venezuela de ahora.

No faltarán otras acciones que de hecho se han venido realizando de una forma u otra:

• Destruir o descreditar todo lo bueno que ha hecho el proceso bolivariano.
  
  
• Tratar de involucrar a los dirigentes bolivarianos, ya sea de forma real o mediática, en actividades negativas que dañen su prestigio y generen desconfianza en la población.
  
  
• Emplear a elementos desclasados y delincuenciales en sus objetivos desestabilizadores.
  
  
• Tratar de enfrentar a los dirigentes y personalidades del gobierno o afines a el, para generar desasosiego y vacilaciones en los simpatizantes.
  
  
• Tratar de alimentar contradicciones y enfrentamientos entre las filas de los jóvenes y los simpatizantes más viejos del proceso bolivariano.
  
  
• Intentar obstaculizar el funcionamiento del gobierno y sus instituciones, pero fundamentalmente el de las misiones que representan un beneficio para el pueblo.
  
  
• Desarrollar una amplia campaña de ideologización por medio del cine, internet, la música, los medios de entretenimiento y otros recursos que puedan servir a este fin.
  
  
• Generar desconfianza y dudas en los valores que defiende la revolución bolivariana, acudiendo a los instintos más primitivos del ser humano de egoísmo, consumismo, ostentación y realización personal.
  
  
• No faltará en este corolario de acciones las encaminadas a comprar voluntades, utilizando los abundantes recursos financieros. De seguro no escatimarán en promesas y dadivas de todo tipo para comprar a los inseguros que serán utilizados como traidorzuelos convertidos en distinguidos “luchadores” por los derechos humanos o “defensores” de la democracia o “víctimas” de la tiranía o cualquier otra categoría rocambolesca que se les plasme en la frente a estos débiles visuales.

Venezuela lleva a cabo una lucha sin cuartel contra el poder más peligroso que pueda enfrentar proceso independiente en la era actual. Por eso los venezolanos con dignidad están no solo necesitados, sino y obligados a actuar con inteligencia y seguridad, sin perdidas de tiempo ni vacilaciones.

Cualquier error de apreciación puede costar a este pueblo muy caro.

Como dijera el Héroe Nacional cubano José Martí “Estrategia es política”, ahora corresponde a los venezolanos dignos escoger la estrategia correcta, para hacer la política correcta.

No pretendemos en este análisis dar lecciones a los venezolanos de como hacer su revolución, solo queremos aportar criterios que puedan servir en su empeño.

“Ayudar al que lo necesita no sólo es parte del deber, sino de la felicidad”, por eso me sentiría feliz si ayudo. Venezolanos, disculpen lo malo.


DAVID URRA / CONTRAINJERENCIA



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Fuente: Contra Injerencia