Documentos inéditos revelaron que el gobierno suizo conocía los exterminios nazis desde 1942

Documentos inéditos revelaron que el gobierno suizo conocía los exterminios nazis desde 1942



PL |.- Documentos inéditos revelaron que el Consejo Federal suizo tenía conocimiento de asesinatos en masa cometidos por los nazis en los campos de concentración en 1942, informaron hoy aquí medios de prensa locales. La cadena de televisión suizo-alemana Srf presentó anoche los referidos materiales, que incluyen cientos de telegramas, cartas y textos redactados por diplomáticos durante la Segunda Guerra Mundial.

El diario Le Temps reproduce este lunes la noticia y añade que a pesar de esos informes, el Gobierno endureció su política de asilo y cerró sus fronteras a los prófugos por motivos raciales.

Podemos comprobar que informaciones sobre el asesinato de judíos llegaron a Berna a partir de mayo de 1942, aseguró el director de Documentos Diplomáticos suizos, Sascha Zala.

Las nuevas revelaciones coincidieron con el Día Internacional de Conmemoración anual en memoria de las víctimas del Holocausto y contrastaron con un mensaje del presidente de la Confederación Helvética, el xenófobo y nacionalista Ueli Maurer, con motivo de la fecha.

Maurer, en el texto publicado en la página web del Departamento de Defensa, señaló que Suiza se convirtió en un refugio para los amenazados y acosados durante ese período oscuro para el continente europeo.

Así era la información de agencias:

Era 1942 y Suiza, gracias a cartas, telegramas, informes y fotos, enviados a Berna por sus diplomáticos esparcidos por Europa, conocía el horror del exterminio nazi de los judíos pero nada hizo para detenerlo y le cerró la puerta en la cara a quienes pedían ayuda.

Los documentos, inéditos, fueron difundidos por la televisión suizo-alemana a la noche, en el día de la Memoria, y la noticia apareció hoy sobre sitios y agencias entre el desconcierto de muchos que descubrieron la instantánea de una Suiza distinta del mito de país neutral y hospitalario difundido en gran parte del imaginario colectivo.

No es una novedad absoluta que el país de los cantones no fue pulcrísimo en sus relaciones con la Alemania hitleriana. Ya en 2002, luego de cinco años de investigaciones, la Comisión encabezada por el historiador suizo Jean-Francois Bergier había publicado un informe -de 600 páginas y más de 10.000 de documentación- que había concluido que “la política de asilo de Suiza, muy e inútilmente restrictiva, contribuyó a la realización del objetivo nazi más atroz: el Holocausto. Pero también hicieron ruido las declaraciones de Sascha Zala, director de los documentos diplomáticos suizos, según quien “a partir de mayo de 1942, se puede probar que las informaciones sobre los asesinatos de los judíos llegaron hasta Berna”, por lo cual “el gobierno helvético sabía que sobre los refugiados rechazados pendía la amenaza de la deportación a Europa oriental y así de muerte”.

También las afirmaciones, siempre hoy, de otro historiador suizo, Hans-Ulrich Jost, confirman que “es verdad que hay una suerte de resistencia y de rechazo a aceptar la memoria” de aquel período.

Las asociaciones judías suizas han protestado: desde la Federación Suiza de las Comunidades Israelíes a la Plataforma de los judíos liberales de Suiza, hasta la Coordinación Intercomunitaria contra el antisemitismo y la difamación, llegaron críticas al mensaje del presidente de la Confederación helvética Ueli Maurer, quien, ayer, recordó el rol de “refugio” de Suiza, “durante este período oscuro para el continente europeo”.

La frontera entre responsabilidad directa, colaboracionismo y desinterés es obviamente neta. Pero ciertamente no ayudó la cooperación exagerada, de entonces, de Suiza con las potencias del Eje y la negligencia con la cual se enfrentó en la posguerra la cuestión de la restitución del patrimonio de las víctimas del nazismo, en particular el que estaba en los bancos suizos.



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Fuente: Prensa Latina